8 de octubre de 2009

Sobre la comunicación para el pueblo.

Sábato decía en un cuento pequeño que tiene, que es tan difícil escribir para niños. Y que contradictorio resulta esto aparentemente, cualquiera pensaría que escribir un cuento es “cosa de niños”, sin embargo, él recalca cuan complicado es encontrar un lenguaje de utilidad que pueda manifestar exactamente lo que el autor quiere decir y a la vez expresar eso a su lector (u oyente, ya que los padres por lo general son los que les narran el cuento a los niños); y además cuán difícil resulta el darle la suficiente creatividad y emoción al cuento para que éste le resulte interesante al niño (o niña).

Y es gracioso porque cuando me ponía a analizar algunos escritos que hacemos, los comunicados políticos que leemos y en fin, los pronunciamientos que expedimos, me doy cuenta que muy pocos de ellos en realidad, llegarán de la manera que queremos que lleguen.

Es totalmente necesario entonces, replantear las formas de dirigirnos a los diferentes receptores (o posibles receptores) con los mensajes que queremos transmitir.

Como organización del pueblo, y más aún, como organización para el pueblo entonces aprendamos a llegar al pueblo, a hablar para el pueblo, y eso, no lo vamos a hacer si no pensamos como el pueblo. Y sí, seguramente mucha gente ya lo ha dicho; sin embargo muy pocos lo habrán logrado.

Pero ¿por qué es tan difícil “pensar como el pueblo”?, si sentimos como ellos y si, ¡la clase nos une!

Porque aunque nuestra clase es una sola, las condiciones materiales, y las esferas en las que nos desenvolvemos varían; y no vamos a entender cuales son sus necesidades; si bien las mismas que las nuestras, pero me refiero a qué necesidades son las más sensibles para ellos, si no convivimos con ellos, si no aprovechamos los pequeños espacios que tenemos para involucrarnos con ellos, con el campesino, con el obrero, con el maestro, con el médico del pueblo, con la ama de casa, con el tendero.

Cuando podamos comprender esto, será cuando verdaderamente nos hayamos involucrado con la gente, y cuando nuestros sentimientos de clase hayan empatado con el diferente sentir, o más bien palpar de las mismas necesidades que se expresan en mayor o menor magnitud y que necesitan diferentes impulsos para que los actores diversos se involucren en la lucha revolucionaria.

Ahora diré: Sabes Sábato ¿cuál es la diferencia entre escribir para un niño y escribir para el pueblo en general?

¡Para el niño todavía un cuento, para el pueblo una realidad y para los dos un ideal!


Sigamos construyendo nuestro ideal
Sigamos luchando por el Socialismo.

c. Jessica O.

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